Se que esta nota nada tiene que ver con la filosofía de esté blog, pero está semana, salió a la luz por primera vez, una de las practicas más habituales del sector. La copia o plagio. En el punto de mira el grupo Inditex. Ensalzado por unos y denostado por otros. Sus datos macroeconómicos dejan a más de uno boquiabierto y es de sobra conocido que su estructura y gestión es asignatura obligada en cualquier escuela de negocios. Su crecimiento es imparable pero hay que conocer algo más sobre sus practicas.


Os relataré un poco el proceso creativo de cualquier equipo de diseño contratado por un proveedor del grupo Inditex. Los hay en Portugal, Marruecos, Turquía, China, India o Pakistán, aunque generalmente los estudios están concentrados en Barcelona por la cercanía del centro logístico de Tordera donde están las sedes de diseño de Bershka, MassimoDutti, Oysho y Lefties y en Arteixo, A Coruña donde se ubica la sede central.
Habitualmente te trabaja con los distintos departamentos de una forma directa, es decir, se intercambian continuamente emails con información, paneles de inspiración o sugerencias que tanto unos y otros proponen a la hora de realizar los diseños conforme a las necesidades de las firmas.
Mientras parte del equipo se organiza para buscar y cazar “novedades”. Si hay financiación y presupuestos entoces viajes a París, Londres, Tokio o NY para realizar shoppings y cuando no, sólo queda Google.
Con el crecimiento vino la descentralización y con ella los proveedores de terceros países crecieron a su sombra realizando importantes inversiones en infraestructuras y tecnología, que con el auge de los pedidos y el atender exclusivamente la demanda del grupo, todo funcionaba a la perfección. Pero en tiempos de recesión junto con la caída de pedidos, las inversiones que se realizaron en el pasado, no han sido amortizadas y más de uno anda a la desesperada por hacerse con un gran pedido.


Hay tantas exigencias por parte de las marcas del grupo que son ellos los que marcan el precio de la prenda y el lema “moderno, bonito y barato”.
Y es que hasta hace unos años era un buen negocio el prestar un servicio de diseño. A fecha de hoy a dejado de serlo, ante la falta de profesionalidad de los/as encargados/as de compras. No es la primera vez ni será la última que una propuesta presentada por el proveedor X “cae” en la reunión de compras, después de haber pasado por “me gusta la chica, pero….modifica el pelo”, modificado el pelo, “ahora la chica nos parece demasiado mayor”. Busca como puedas una niña mona. Cambiada la chica inicial por la niña mona, y pasados un par de días y preguntas si está todo bien, la respuesta que recibes desespera a todo un equipo “no nos convence la chica, tiene que ser más cañera”. Más que nada por que hemos estado invirtiendo tiempo en realizar la ilustración y preparando los prototipos gratuitamente para que ahora quede arrinconado el pedido.

Pero la sorpresa llega al entrar en una de las tiendas y ver como aquella propuesta que semanas atrás descartaron, está más o menos modificada y etiquetada por un proveedor que evidentemente no es para el que trabajas. Negocio redondo, tú no paras de mandar dos veces por día novedades, y ellos descartan o se guardan las ideas que les gustan y las confeccionan con sus proveedores. Mientras tú y tu proveedor no recibís un euro por todo el proceso y desarrollo. Solo se cobra el pedido y eso rara vez sucede.
Reciben tal cantidad de propuestas al día, que supongo que sus departamentos jurídicos, que los tienen, no dan abasto ante tal avalancha de diseños presentados, simplemente el proveedor deberá firmar un documento que exculpa de cualquier responsabilidad o delito al grupo.
Y es que el sistema de rotación de producto semanal fuerza a la copia y al plagio frente a la creación. Así de claro.